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23 Cuando lo injuriaban, no respondía con injurias, sino que sufría sin amenazar y se ponía en manos de Dios, que juzga con justicia. 24 Cargando sobre sí nuestros pecados, los llevó hasta el madero para que nosotros muramos al pecado y vivamos con toda rectitud. Habéis sido, pues, sanados a costa de sus heridas; 25 Antes, en efecto , andabais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al que es pastor y guardián de vuestras vidas.

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